Amor entre el mar y las estrellas. Septuagésimo octavo poema.

Amor entre el mar y las estrellas

En el susurro del mar encuentro tu voz,
dulce y profunda, cargada de amor.
Pescadores a la voz,
falta de dolor.

Las olas me llevan tu risa lejana,
y cada espuma es caricia temprana.
Tiempos de los que me amaba,
o te adoraba.

En el cielo brillan estrellas sin fin,
como tus ojos, faroles de jazmín.
Felicidad sinfín.

Guían mis noches, mi ruta y mi ser,
tu amor es la brújula que quiero tener.

El mar, infinito, se rinde al misterio,
como yo me entrego a tu amor tan etéreo.

Las estrellas, testigos de nuestro querer,
guardan en su brillo lo que no puedo entender.

Si el mar es la vida, tú eres su sal,
y en el cielo eterno mi amor es astral.

Entre olas y astros, en el vasto horizonte,
nuestro amor se alza como un bello monte.

Así te amo, con la fuerza del mar,
y la luz eterna que las estrellas dan.
Ante las fuerzas con el monzón,
o el extinto farol.

Eres mi todo, mi cielo y mi marea,
la razón por la que mi alma se eleva.


Créditos: Aarón Velázquez
Adaptación: Doctor Suavecito

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