Trato primaveral. Sexagésimo tercer poema.

Trato primaveral

Veo que las flores moradas florecieron,
mi cactácea creció,
los cactus no murieron
y mi pequeño árbol de la abundancia no se marchitó.

Beneméritas batallas en donde crecieron plantíos;
plantíos de sábila para hacer tequila o mezcal,
ante la guerra provocará hastío,
pero hoy hemos de olvidarla jamás
porque hoy la he convertido en algo mío
y venerarla sin igual.

Causaré guerras en donde las plantas lo ha borrado,
a mi patria no he regresado,
pero de maltratarla quien sea osado
al repudio será condenado.

Volteo ante mi bello jardín,
colores únicos que parece no tener fin,
¿será que esto es de lo que hablé en el festín?

Calor azorante y abrazador;
soy aquella ave que brotó toda poesía,
como aquel que murió siendo cantor
o por la beldad que ejercía
ante los versos declinados de amor.
De a poco, ante temperaturas, de cordura ya carecía,
será por el dolor.

Mi cadáver lo degustarán mis bellas plantas,
recordándome tan solo con un par de huesos pronto a polvo;
me iré por donde el aire vaya, quizás por las razones tantas
o tan solo a un agujero sin fondo...




Créditos: Doctor Suavecito 

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