Hércules
Arrepentido
por aquel hechizo de locura, lanzado por Hera, maté a mis hijos. Supliqué al
oráculo de Delfos para darme tareas. Deberás cumplir los trabajos impuestos
por el rey Euristeo. – dijo
el oráculo.
Partí
con mi sobrino Yolao ante la aventura, queriendo redimir mis acciones de
cobardía.
Masacré al león de Nemea en su caverna. Me fue
difícil matar en el pantano a la hidra de Lerna. Sometí y capturé a la cierva
de Cerinea. Capturé y casi me devoré al jabalí de Erimanto. Desviando un río,
limpié las cuadras de Augías. Con arco y flecha, además de mis manos, maté a
los pájaros del lago Estínfalo. Sin mucha dificultad capturé al toro de Creta.
Robé las yeguas de Diómedes al igual que el cinturón de Hipólita y el ganado de
Gerión. Robé las manzanas de las Espéridas. Lo mejor para el final pues saqué a
Cerbero del infierno…
Microrrelato partícipe en el segundo concurso de microrrelato "Mitología grecolatina"
Créditos: Doctor Suavecito
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