La voz del bosque. Trigésimo primer relato.

La voz del bosque.

Mi abuelo siempre decía que todo en este mundo tiene una historia. Una vez me contó que, regresando a casa por el camino del bosque, los árboles hablaron con él. No quise creerle, pero la incertidumbre pudo más conmigo. Por la manera en que contaba la historia y como sus ojos se iluminaban, solo podía estar seguro de una cosa, ¡la historia era real!
Al día siguiente, regresando de la escuela, el bosque me llamó. Era como si una voz me dijera ¡Ven con nosotros! Me despedí de mis amigos y caminé rumbo al bosque, sabía que algo me esperaba, no sabía bien lo que era, pero no la podía hacer esperar. Me adentré en lo más profundo del bosque, buscando aquella voz que me había llamado. Poco a poco pude sentir frío, no era un frío común, era una sensación de terror envolvente. Algo dentro de mí me decía que huyera corriendo del lugar, pero era inútil, mis piernas no reaccionaban y volver atrás no era opción. Seguí caminando más y más, no sé cuánto tiempo estuve ahí.
Todo cambió cuando una sombra apareció frente a mí. Esa cosa medía dos metros de alto y tenía una complexión delgada; pude ver sus ojos, eran azules, pero eran de un azul deprimente que hasta el alma más feliz de la tierra al verla no soportaría el llanto y pena emitida por estos. Aquella cosa me encaró y preguntó ¿Qué buscas aquí?, a lo cual respondí No lo sé.
No podía alzar la mirada porque sentía una fría y aterradora sonrisa que emergía de su rostro. Pasaba el tiempo y cada vez se hacía más y más ameno convivir con "Jack" o al menos me pidió que me refiriera a él de esa manera. Hasta cierto punto, era un ser agradable. Todo cambió cuando le pregunté sobre que hacía ahí, inmediatamente su presencia se volvió pesada, aquella pequeña sonrisa que emergía de su horrible rostro cambio a unos labios retorcidos, como si a una persona fuese arrebatada su alma.
Conforme pasaba el tiempo y la luz del día se acababa, también lo hacían sus palabras, sus respuestas eran más y más cortantes, su cuerpo comenzaba a cambiar, supe que era tiempo de huir. Traté de despedirme de una manera cordial, pero pude ver qué él no quería que me fuera. Tomé mi mochila y me di la vuelta para volver a casa. Pude ver cómo Jack se había quedado sentado, con la cara al suelo y los brazos descansando llegando al suelo. Di un par de pasos más, cuando lo pude sentir, Jack" se había parado y empezó a seguirme con bastante sutileza y discreción. En ese momento comencé a correr sin dar marcha atrás, Jack comenzó a gritarme cada vez más fuerte, algunas cosas me las decía en un idioma el cuál yo no comprendía, algunas otras fueron muy claras ¡Esta noche tú no saldrás del bosque! - repetía incesantemente.
Corrí lo más rápido que pude, muchas veces estuve a punto de tropezar con las raíces sueltas de los árboles o animalillos que no podía ver. No dejaba de pensar que sus manos pronto me alcanzarían, éste sería mi fin. El tiempo parecía ir más lento, puedo jurar que corrí más de dos horas escapando de Jack. Una linterna se hizo presente a lo lejos, un oficial de policía me encontró, todo parece indicar que había estado desaparecido por más de tres días. Quedé impactado porque hace tan solo un par de horas había entrado al bosque. Cuando volteé pensando que Jack estaría ahí, solo pude escuchar una voz tenue que decía Te estaré observando a dónde vayas, cuídate, te esperaré. Visítame pronto. Sentí un escalofrío enorme y, desde ese día, no volví a pisar un bosque. Aún tengo pesadillas con Jack, no recuerdo bien de lo que hablamos, pero estoy seguro de que no quiero volver para averiguarlo.
Así que, si un día escuchan una voz proveniente del bosque, puede ser Jack, esperándolos para que hablen con él.




Adaptación: Doctor Suavecito

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