Sauce llorón. Quincuagésimo noveno poema.

Sauce llorón

Oh, tú, mi querido confidente,
tú que has estado en mis momentos tragicómicos,
tú que has estado en mis altibajos indefinidamente,
mi amor platónico.

Lo nuestro inició de forma peculiar,
inició una fantástica historia de amor;
lastimosamente terminó en fatalidad
y separó nuestros caminos al final.

Bondad y maldad, eso de ambos aprendimos;
equivocación y perdón, eso nos lo concedimos,
y al final de todo lo que nos permitimos
fue olvidar todo lo que vivimos.

No sé si pasó una semana o un mes, o incluso un año,
pero nuevamente nos preocupamos del otro,
¿es recuerdo o simplemente para hacernos daño?,
ni hermandad ni mucho menos compañerismo, ambos estamos locos.
Tiempo y distancia, quizás sea mejor de tiempos de antaño,
es lo mejor para todos.

La ausencia del otro en nuestras vidas hizo el remedio,
nunca sabré si para mal o para bien,
tan solo sé que me curó lo podrido y lo temido;
veo al celular y ya no lloro, no te recuerdo tan bien.




Créditos: Princesa Beba, Doctor Suavecito
Adaptación: Doctor Suavecito

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