La realidad de una escritora. Quincuagésimo sexto poema.

La realidad de una escritora

Mil estrellas alumbran mi cielo en esta noche serena,
magnífica vista es la de ahora.
Mis pensamientos fluyen, ideas locas, son tantas para una centena,
nuevamente crearé mi mundo para nunca sentirme sola.

Mi martirio es eterno,
mi capacidad para crear es maravillosa;
sin embargo, también es algo de lo más horrible, como un esperpento,
momentáneamente quisiera dejar a mi mente deseosa.

Bloqueos creativos están a desdén,
muchas veces no puedo escribir,
ya sea por el frío o por sentir;
odiosa forma del ser.

Mi tiempo ya es limitado, no puedo vivir de mi pasión,
mis dolores han aumentado sin tener precedentes;
mis tres trabajos se vuelven aburridos, peor que mi tensión.
La cotidianeidad se me aferra hasta en los dientes.

Mis hábitos de sueño han cambiado,
creo que por eso he estado frágil;
mis comidas se han alterado,
me siento más débil.

En las madrugadas de insomnio las aprovecho,
la dicha y creatividad no las echo,
ahora sé cuánto he hecho
y también lo deshecho.

Ideas a montones y el tiempo,
mi limitado tiempo, es una estafa mundana;
mi cordura se ve estafada.
¡Yo jamás me quedé callada!

Formas y colores,
lugares y paisajes,
un sinfín de sensaciones,
no pido más que tiempo para más viajes.

Perfección para mis escenarios,
grandeza a mis creaciones,
hermosura en lírica y poesía, aunque sean varios,
espero ya no tener más repercusiones.

Quizás todo lo visto en sueños sean otros mundos,
alguien o algo me los manda,
yo trato de narrarlos;
no obstante, tengo sueño y ahí salen tantos mundos...




Créditos: Princesa Beba y Doctor Suavecito
Adaptación: Doctor Suavecito

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