Médico
Regresé bastante cansado del médico. Destapé una copa de vino y empecé a llenar la bañera para relajarme. Junto con eso, me tomé dos pastillas de clonazepam para poder reconciliarme con el mundo de la relajación y del sueño.
El agua caliente, los efectos del vino y el medicamento hicieron que dejara de pensar y poco a poco me fui hundiendo más y más dentro de la tina.
Preferí mil veces morir así a ser alcanzado por el tumor maligno…
Créditos: Doctor Suavecito
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