El cuerno del toro. Décimo séptimo microrrelato.

El cuerno del toro

Desperté más fatigado que de costumbre, desconocía la razón. Me dirigí hacia la puerta para recoger el periódico. Antes de sentarme a leerlo, puse agua para café y un comal para calentar el pan de la noche anterior. Torpemente tiré un poco de agua del garrafón, pero no me preocupé por limpiarla.
Me senté enfrente de la mesa tomando el periódico para leerlo. Luego de recorrer la sección de política, deportes, finanzas, historias chuscas, ya lo iba a dejar, pero llamó mi atención la sección de los horóscopos. Hace mucho tiempo que no leo mi horóscopo. Me dirigí hacia esa sección. Mi signo del zodiaco es tauro, el gran toro. Mi risa rápidamente se borró, decía cosas tan improbables y ridículas que, ni en mis sueños, hubiera imaginado. Solté una carcajada por los eventos narrados. La tetara soltó chiflido, indicaba que ya estaba.
Al dirigirme hacia la estufa, resbalé con un poco de agua derramada. Resbalé y me golpeé contra la estufa, el vapor me quemó gravemente la parte de la nariz y ojos. Mi mano izquierda aterrizó en el comal caliente en donde se calentaba el pan; mi piel se deshizo al momento que tocó el metal. Mi mano derecha quedó directamente entre el fuego y la tetera, provocándome heridas de segundo grado. Con desesperación, traté de dirigirme al baño sin tener visibilidad. El agua en el suelo provocó que me resbalara haciéndome caer, mi cabeza golpeó un borde del piso. Mi cuerpo quedó ahí, desangrándose.
El periódico me había dicho todo…



Créditos: Doctor Suavecito

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