Luz. Décima minificción.

Luz

Mi luz brillaba después de iluminar sin propósito alguno, brillaba en un mar de lágrimas. Siguió brillando. Tal vez, en algún lugar, en algún momento, brilló con menos intensidad, pero siguió luchando por emitir brillo. Pudiere que lo único que me haga brillar sea una falsa ilusión, un falso sentimiento de superación, una borrosa y distorsionada esperanza por querer lo que un día fue y ya no será.
Alguno de estos días esa luz se apagará, poco a poco dejará de brillar como antes y en ese preciso momento, sabré que mi brillo ya no es por ti, sino por mí.


Créditos: Gabz
Adaptación: Doctor Suavecito

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