¿Adiós?
No fue un día fatídico,
no fue un gratificante día;
estoy paranoico
porque se ha desvanecido mi alegría.
Nuevamente fui hacia nuestro punto de reunión,
pensaba que todos estarían ahí.
Al llegar, me llevé desilusión
pues todos ustedes ya no estaban por aquí.
Esperé pacientemente,
la gente alrededor me miraba, curioseaba,
los pensamientos fatales abundaban en mi mente
y mis sentimientos afloraban.
¿Por qué no habrán estado?
¿Se habrán desesperado?
¡Ya no me habrán aguantado?
¿¡Por qué me dejan de nuevo abandonado!?
¡Ya no he llorado,
ya no he tomado,
y sigo sintiéndome como un solitario!
¡Soledad!
Añoro y desprecio,
malestar y sinceridad,
parece que de nuevo pagué el precio.
¿Adiós?, preguntaba
¿A quién preguntaba? ¿Habrá sido a mí o al aislamiento?,
quizás a lo que amaba,
o, ahora que lo pienso, únicamente miento...
Créditos: Doctor Suavecito.
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