Orquesta. Guitarrista. Series.

Orquesta

Guitarrista

Llegaron al lugar gracias a las indicaciones de una venerable abuelita, más grande que Ramírez. Lograron estacionarse en la fachada del establecimiento en donde se llevaría a cabo la presentación de la guitarrista. Ramírez logró colarse, pero Salazar quiso esperar a que la presentación terminara. El otro auto siguió conduciendo hasta estar a una distancia “segura” para quedarse y esperar.
No había mucho público, como máximo había veinte personas observándola. Ramírez pidió un Black Russian. Luego de recibir su cóctel, puso atención a la artista presentada en el lugar. Pasó más de una hora, Ramírez seguía pidiendo cócteles con base de vodka, estaba un poco ebria. Finalizó la presentación y todos, con excepción del cantinero y Ramírez salieron, pero ella estaba un poco imprudente. Salazar entró tranquilizándola. Rápidamente, Salazar fue a donde estaba la artista y dialogaron. No hubo información importante referente al asesinato, en su mayoría fueron cosas triviales. Salazar le proporcionó su número telefónico a Salgado para ver si recordaba cualquier cosa importante de aquella trágica noche.
Ramírez y Salazar volvieron al carro. Salazar estaba vigilando constantemente la entrada del sitio para seguir a la guitarrista.
Las horas siguieron pasando, Ramírez se quedó profundamente dormida y Salazar dormitó un par de ocasiones. Aquella persona la cual siguió a las oficiales entró al bar. Estando dentro, pidió al cantinero un trago con un tequila especial y fue a la bodega. La artista ya se retiraba del lugar, traía consigo su guitarra, no pudo ignorar a la persona que estaba en la barra. Quedó perpleja al ver quién era, la confrontó firmemente. ¿Por qué sigues en nuestra vida? – comentó Isabella – Espera… ¿Fuiste tú el que mató a Evaristo? Esa extraña persona se alzó, quitándose la capucha, y de su gabardina sacó el arma homicida. Isabella, asustada, alzó su guitarra para cubrirse de la bala, pero fue en vano pues atravesó hasta tejido vital. Otro cuerpo caído. Regresó el cantinero viendo el crimen realizado, el sujeto dio un disparo a quemarropa dándole en una pierna, escapó.
Salazar despertó en el segundo tiro sonoro. Salió del carro viendo al asesino correr. Ella lo siguió. En la persecución, al asesino se le cayó una hoja de papel. Salazar no pudo alcanzarlo porque lo perdió; no obstante, recogió la hoja y, para su sorpresa, era una lista de nombres. Los dos primeros eran “Salado” y “Salgado”. Había más nombres, pero el siguiente es “Zacate”. Regresó al bar, al ver la escena, pidió ambulancias y peritos. Salazar empezó a interrogar al pobre herido para saber el aspecto del criminal, no pudo dar una conclusión de su apariencia porque con la capucha de su gabardina, cubrebocas y esos lentes negros era difícil distinguirlo.
La ambulancia llegó, actuaron veloces para retirar el cuerpo y atender al herido para evitar que se desangre. Salazar salió de ahí, regresó a su auto y pensó durante unos segundos para luego arrancar dirigiéndose a la comandancia. Se detuvieron una cuadra antes de la comisaría ya que, si veían a Ramírez así, quizás, las mandarían a descansar indefinidamente. Prefirió irse de ahí, pero no sabía a donde. Quedó pensando mucho antes de dirigirse a su casa con Ramírez borracha.
Consiguió una respuesta inconclusa, aunque consiguió la lista de quienes seguirían. La cuestión aquí sería… ¿Quiénes son esas personas? Y lo más importante, ¿Por qué?

Créditos: Doctor Suavecito

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