Hilo de oro. Trigésimo tercer poema.

Hilo de oro

Yo alguna vez tuve la mejor amistad quien jamás se pudo tener,
mejores amigos todos hemos tenido;
no obstante, creo que la mía no se puede obtener
pues nunca tan bien me he sentido.

Buenos y malos momentos,
peleas y discusiones de antaño,
preciados recuerdos por cientos
y, según yo, no nos hizo daño.

Me culpé por unas idioteces,
también a él por creerse diferente;
ambos somos aferrados sin precedente
al igual que una ardilla con sus nueces.

Igual que un hilo de oro,
fue difícil encontrar esta amistad,
han pasado los años sin arrepentirnos y ser algunos locos.
espero que sea para la eternidad.

Quedaría devastada si esta amistad se fuera de mi vida;
mi mente estaría ida,
mi cuerpo se quedaría sin risa
y lo demás no me haría sentirla.

No sé si leas esto,
espero que sí,
y lo siguiente te confieso;
no te olvides de mí,
me dañaría hasta quedarme tieso
pues siempre contaré por parte de ti
y sabes que no romperé eso.

Créditos: Princesa Beba y Doctor Suavecito
Adaptación: Doctor Suavecito

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