Insomnio. Décimo relato.

Insomnio

Me desperté empapado en sudor, estaba bastante asustado por el sueño que vi, ese sueño profético…
Quise levantarme, pero noté que no podía, estaba teniendo parálisis del sueño. Moví mis ojos de forma sarcástica con desesperación.
Vi al techo y me quedé viendo a una parte fija, noté que había goteras. Quería dormir, pero ahora tenía insomnio por el malestar que tuve. ¿Qué más podría pasarme? – pensé. Al terminar ese pensamiento, algo estaba bajando del techo, era algo muy pequeño, al estar a menos de cinco centímetros pude ver qué era una araña patona que aterrizó en mi frente, me puse muy nervioso y ansioso, quería moverme o gritar como loco, pero no podía, incrementó mi sudor y se me enchinó la piel, tenía escalofríos. Luego de un par de minutos, ya no la sentí, quizás se fue o se ahogó en mi sudor incontrolable. Me dan pánico, tengo aracnofobia.
Me percaté que estaban llegando mensajes a destajo, no sé por qué lo tengo encendido pues según yo lo había apagado. Entrecerré mis ojos para poder ver la hora en mi reloj de pared, parecía que eran la una de la mañana. Aprovechando que “se me subió el muerto” y mi insomnio decidí comenzar a reflexionar sobre los últimos acontecimientos…
Me hice un par de preguntas, ¿Por qué no la besé cuando pude?, ¿Por qué no viajé con ellos?, ¿Por qué no puedo superar mi tonta timidez?, ¿Qué me hace falta para encajar?, detuve mis preguntas, me quedé pensando en la última pregunta y me retracté de ella, una voz en mi cabeza, hace tiempo que no la escuchaba, contestó la última pregunta en tono de reflexión sesuda. – No te falta nada, – comenzó – tu forma de ser es especial, excepcional y única para este mundo lleno de escoria, conformismo y desigualdad. No te compares. – Me quedé perplejo, no tengo ni idea de quién fue el que me contestó.
Dormité, pero algo me lo impidió, vi de reojo y cerca de la puerta había una gran sombra, con aires sinuosos, siniestros y horripilantes, me estaba viendo fijamente. Traté de relajarme, pero me hiperventilé, mi pecho se achicó. Antes de que me diera cuenta sentí unas patas cerca de mi nariz, poco a poco fue subiendo hasta estar en mi entrecejo, pude notar que era una horrible araña peluda. Mis latidos se aceleraron al mil, sudé mucho más, se me cerró la garganta, creo que se me salió una lágrima. Sentí mis dedos de la mano, lentamente comencé a sentir el brazo y pude sentir todo el cuerpo. De inmediato me toqué la cara en desesperación, pero no había nada, volteé a donde se suponía estaba esa sombra y me quedé helado pues no había nadie.
Con intriga me acosté para ver si me podía dormir. Mi sueño se vio interrumpido por mi alarma de las cinco…

Créditos imagen: Yoz Mizuki (Yoz_Mizuki (@yoz_mizuki) | Instagram)
Créditos: Doctor Suavecito 

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