Deseo moribundo.
Muerte, hace algunas lunas que te pedí que te fueras de mis pensamientos, que dejaras de seducirme, que te fueras y te olvidarás de mí, pues esos cándidos y cálidos tanto fanales como fatales que hoy por hoy guían mi camino me hicieron alejarme drásticamente de ti.
Muerte, bailamos tantas veces, algunas voluntariamente, otras fueron accidentales, pude oler tu putrefacción y, aún así, te abracé cientos o miles de veces, siendo ya viejos compañeros de baile, me gustaría pedirte un último favor...
Muerte, no te escribo esto para reafirmar que quiero que te vayas, no, he venido aquí para pedirte que me lleves, no hoy, no mañana, ni pasado, ni al día que le sigue luego de eso, es un favor para dentro de muchos otoños invernales. Lo admito, soy cobarde por naturaleza, y no creo poder soportar la penuria de ver a aquellos faroles apagarse súbitamente, mi ya característica resiliencia se esfumaría, y ¿Cómo no hacerlo?, pues ella es quien me guiará por el resto de mi vida, y de ser el más dichoso del mundo por estar a su lado, pasaría a ser el más miserable de los mendigos, por esta razón, y sólo por esa, antes de verme en esa aflictiva situación, y si no es molestia, te pido que me lleves antes que a ella, así podría cuidarla desde el cielo...
Créditos: Isaac Eslava
Adaptación: Doctor Suavecito
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