Fiesta vaga. Tercer microrrelato.

Fiesta vaga

Y por fin la noche llegó. Dentro de este maravilloso lugar la noche es sublime, sobre todo cuando la luna lunera salió y con su luz todo reflejó…

Sin pendientes ya y un poco aturdidos por el frío que calaba los huesos, las amistades y un servidor iniciamos la fiesta vaga bajo el tan emblemático árbol de los audífonos, la primera vez que lo conocí. Las conversaciones fueron saliendo hasta que el canto fue surgiendo.

Los judiciales llegaron, a todos nos llevaron y por primera vez no había hecho nada malo. Para mi suerte, solamente quejas nos comentaron hasta que nos soltaron y prácticamente a la salida nos aventaron.


Créditos: Doctor Suavecito

Comentarios