Sin rencores. Sexto relato.

 Sin rencores

Dalia...

Espero que estés bien...

Antes de que deseches está carta, quiero que me perdones. No me mires así, ya sabes el motivo de mi decisión. No quiero ni quise herirte, pero fue lo mejor para todos.

¿Recuerdas las noches de amor? ¿Recuerdas las promesas que te hice? ¿Recuerdas los cantos que te di? ¿Recuerdas los poemas que te dediqué e inventé? Extraño esos momentos.

Aún recuerdo esa vez que te dije que no me quería casar, te quedaste indignada, pero te expliqué el porqué. Si no lo recuerdas, te lo recuerdo. Ese motivo fue porque temía repetir lo que viví o, más bien, sufrí en el matrimonio de mis padres. Hubo cosas terribles. Estuvo lleno de miedo, llanto, desesperanza, no tener derecho a hablar u opinar...creo que por eso me escapé de ahí.

No fue por falta de amor, incluso te sigo amando, solamente tengo miedo, pavor, pánico, de replicar directa o indirectamente lo que hizo ese idiota.

Quiero que vivamos sin rencores, no sé si me sigas detestando, te pido y suplico que, si me odias, me perdones...

Atte. Emi.


Créditos: Doctor Suavecito 

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