Mis masas. Segundo microrrelato.

 Mis masas

Los panes de la tienda de la esquina estaban planeando un atentado contra el panadero… El panadero era un hombre fornido, bigotón y malgeniado, pero hay que admitir que sabía hacer un muy exquisito pan; creaba familias enteras y después las separaba para poder venderlas por montones. Una noche, cuando la tiendita ya había cerrado, una concha empezó a hablar y se dirigió desde los besos, las campechanas y las orejas hasta los cuernos, los ojos de buey y los puerquitos; llamó a sus ánimos independentistas y guerreros para poder luchar contra aquel que los vendía sin parar. Durante el trayecto de la noche la líder concha planeó todo para cuando viniera el panadero.

Cuando el dueño llegó casi se resbala por la lluvia que apenas iniciaba. Junto con él entró una pequeña cucaracha dirigiéndose a los panes. El hombre prendió las luces y comenzó a trapear y, consigo, a revisar el pan; curiosamente, el dueño vio que la concha tenía una cucaracha así que pudo agarrar a la concha junto con la cucaracha y las lanzó a la calle.

La lluvia se hizo más fuerte y la concha se creía derrotada, no por el agua, sino porque nunca pensó ese desenlace. Para la pobre concha le llovió sobre mojado pues una rata salió de la coladera, la vio e inició a desmembrarla parte por parte hasta solamente quedar sus partes más detestables según la mísera rata…


Créditos: Doctor Suavecito

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